Este típico palacete madrileño, construido en 1730, destaca sobre todo por la portada principal, de estilo barroco y labrada en granito, diseñada por Pedro de Ribera, y por albergar uno de los mejores interiores de estilo ecléctico de Madrid. Actualmente es una de las sedes de la Cámara de Comercio de Madrid.

Cuando en 1874 los duques de Santoña adquirieron el palacio lo adaptaron a los gustos de la época, decoración que se ha conservado hasta la actualidad. Así, se abrió una fachada a la calle de las Huertas, semejante a la creada por Ribera en la calle del Príncipe, y se construyó una espectacular escalera de mármol, diseñada por Carlo Nicoli. Los suntuosos salones de la planta noble destacan por sus pinturas murales, creadas por artistas del momento, como Sans Cabot, Pla, Francés y Domínguez entre otros, quienes a través del lenguaje neobarroco unieron ambientes del Renacimiento italiano, con el rococó francés y con el estilo oriental. 

Posteriormente, el palacio fue residencia de José de Canalejas. En 1933 fue adquirido por la Cámara de Comercio de Industria, que ordenó una completa restauración, realizada por Chueca Goitia. En 1953 se restauraron las fachadas y, más tarde, el palacio se volvió a ampliar y reformar. 

La Cámara de Comercio alquila las dependencias del palacio para la celebración de diversos tipos de eventos. Toda la información en este enlace.